Cuando hay harinas de otros costales, como las masas poco hechas, hay que mezclarlas con fermentos antiguos.  

Los fermentos antiguos son como las viejas y malas costumbres .

Cuando las cosas no van bien hay que preocuparse menos de los hornos (armas) y preocuparse más por uno mismo y encontrar las mejores soluciones que están en los ingredientes que forman la conciencia individual.

Es más importante el poder interior como arma individual que los componentes de la conciencia colectiva.  La razón es simple, la calidad del colectivo refleja la calidad individual.

Los graves problemas sociales siguen estando ahí, porque es lo que cuece la conciencia individual.

No es la masa la que hace el copo, es el copo el que hace la masa. Se  usa el palo como rodillo y se pasa por toda la masa hasta que los copitos se incrustan, como las viviendas bajo escombros.

La presión hizo la fuerza pero no la unión. Por la fuerza o imposición no se alcalza el éxito. El orden impuesto es de una torpeza considerable. El poder de la fuerza no está en las armas creadas sino en la fuerza del orden interno que es capaz de neutralizar a aquellos que se dedican a destruir.

La sombra que corre y cubre la tierra es paralizada por la presencia del Sol, y la sombra oscura se disipa por sí misma. Nada tiene que hacer el Sol, simplemente aparecer.

La luz interior debe aparecer para neutralizar a los poderes torpes. Simplemente haciendo crecer la luz interior en cada persona y la paz brillará de la noche a la mañana.

Las marchas son actos nobles pero no tienen suficiente capacidad de generar Orden.

El Orden debe aparecer, brota de dentro y luego ilumina todo. Tomalo como tuyo porque URGENTE

Aprende a Trascender para generar Orden,  desde el estado de mínima excitación de la consciencia.