A mayor competencia, se requiere mayor capacidad competitiva.

Mayor capacidad competitiva se requiere mayor honor, honestidad y cuidado. Competimos para ser lideres incluso compartir liderazgos. De qué sirve ser lideres si no actuamos como humanos.

Las dificultades suceden cada día, la situación requiere intensidad y velocidad guiadas con la precisión de decisiones acertadas. De qué sirve ganar dinero y perder vida.  Queremos vivir intensamente la vida y al mismo tiempo desearíamos disfrutar cada segundo, pero el tiempo pasa y la hora pasada ya no volverá nunca más. El deseo de intensidad empuja a la mente a satisfacerse de las cosas que nos rodean, de todo lo nuevo que aparece, como si se tratase de ir de escaparate en escaparate, de flor en flor.

Saber dirigir nuestros pasos es muy importante, así como saber manejar la situación.

La vida es una competición digna de disfrutarse. No existe competencia cuando somos competentes. El enemigo no debe existir nunca, si existe hay que buscarlo en nuestra mente principalmente.

La fricción o lucha por la supervivencia no existe cuando uno es competente.

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